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Cuando pasamos por una mala situación económica es habitual buscar créditos rápidos para los gastos imprevistos o muchas veces para poder llegar a fin de mes. Pero debemos saber qué productos financieros son los que más nos convienen por nuestra situación, pues una mala elección puede suponer nuestra catástrofe económica si no tenemos cuidado.
Una de las alternativas más utilizadas cuando no disponemos de efectivo es acudir a los créditos rápidos. La razón por la que muchas personas acceden a ellos es porque puedes disponer del dinero en muy poco tiempo y además no piden demasiada información. En otro tipo de financiación, como los préstamos personales, es necesario superar unos análisis de riesgos más duros y un agente tiene que hacer un estudio detallado. Este proceso puede suponer varios días.
Pero antes de comentar más detalladamente las ventajas y desventajas de los créditos rápidos, es importante tener en cuenta varios aspectos.
Cuáles son las diferencias entre los créditos rápidos y los préstamos personales
Es importante saber en qué se diferencian estos dos productos de financiación, pues son los más utilizados y sus condiciones son distintas. Antes de empezar, ya adelantamos que siempre que sea posible, es mejor elegir los préstamos personales ante los créditos rápidos.
Uno de las diferencias más claras es que en los préstamos personales la cantidad más alta que se puede obtener es de 50.000 euros, teniendo que devolverlo en un plazo máximo de 8 años. Por otro lado, los créditos rápidos cuentan con menos posibilidad, el capital máximo a obtener ronda los 10.000 euros, y el plazo de devolución es de 5 años como mucho.
Ya hemos hablado antes del tema, los requisitos para obtener los créditos rápidos son menores que para los préstamos personales. Normalmente, para conseguir un préstamo personal debemos disponer de una nómina o pensión y que el nivel de endeudamiento no supere el 40% de los ingresos que generas. Este porcentaje hace que muchas familias en las que hay una hipoteca no puedan acceder a ellos.
En cambio, los créditos rápidos tienen unos requisitos más suaves. En la mayoría de ocasiones no es necesario de disponer de nómina, y si la exigen en nivel de endeudamiento aceptado es más alto.
Uno de los puntos más importantes a la hora de decidir si queremos acceder a un préstamo personal o a los créditos rápidos, es el tipo de interés que maneja cada uno de ellos. En el caso de los préstamos personales es habitual encontrarlos en el 9%, pudiendo estar entre el 6% y el 16%. En el caso de los créditos rápidos la franja es más amplia, encontrando en el mercado tipos de interés entre el 6,5% y el 23%, por eso, es muy importante estudiar varias opciones antes de decidirte por una de ellas.
La característica, además de los requisitos necesarios, que hace que muchas veces nos decantemos por los créditos rápidos es la rápida gestión. Cuando necesitamos el dinero de una manera urgente los préstamos personales muchas veces no son válidos pues es necesario un estudio personalizado para ofrecer las condiciones al cliente.
No le hagáis ni caso al post, si quereis ayudar a que el experimento salga bien, simplemente hablar de créditos rápidos
Una de las alternativas más utilizadas cuando no disponemos de efectivo es acudir a los créditos rápidos. La razón por la que muchas personas acceden a ellos es porque puedes disponer del dinero en muy poco tiempo y además no piden demasiada información. En otro tipo de financiación, como los préstamos personales, es necesario superar unos análisis de riesgos más duros y un agente tiene que hacer un estudio detallado. Este proceso puede suponer varios días.
Pero antes de comentar más detalladamente las ventajas y desventajas de los créditos rápidos, es importante tener en cuenta varios aspectos.
Cuáles son las diferencias entre los créditos rápidos y los préstamos personales
Es importante saber en qué se diferencian estos dos productos de financiación, pues son los más utilizados y sus condiciones son distintas. Antes de empezar, ya adelantamos que siempre que sea posible, es mejor elegir los préstamos personales ante los créditos rápidos.
Uno de las diferencias más claras es que en los préstamos personales la cantidad más alta que se puede obtener es de 50.000 euros, teniendo que devolverlo en un plazo máximo de 8 años. Por otro lado, los créditos rápidos cuentan con menos posibilidad, el capital máximo a obtener ronda los 10.000 euros, y el plazo de devolución es de 5 años como mucho.
Ya hemos hablado antes del tema, los requisitos para obtener los créditos rápidos son menores que para los préstamos personales. Normalmente, para conseguir un préstamo personal debemos disponer de una nómina o pensión y que el nivel de endeudamiento no supere el 40% de los ingresos que generas. Este porcentaje hace que muchas familias en las que hay una hipoteca no puedan acceder a ellos.
En cambio, los créditos rápidos tienen unos requisitos más suaves. En la mayoría de ocasiones no es necesario de disponer de nómina, y si la exigen en nivel de endeudamiento aceptado es más alto.
Uno de los puntos más importantes a la hora de decidir si queremos acceder a un préstamo personal o a los créditos rápidos, es el tipo de interés que maneja cada uno de ellos. En el caso de los préstamos personales es habitual encontrarlos en el 9%, pudiendo estar entre el 6% y el 16%. En el caso de los créditos rápidos la franja es más amplia, encontrando en el mercado tipos de interés entre el 6,5% y el 23%, por eso, es muy importante estudiar varias opciones antes de decidirte por una de ellas.
La característica, además de los requisitos necesarios, que hace que muchas veces nos decantemos por los créditos rápidos es la rápida gestión. Cuando necesitamos el dinero de una manera urgente los préstamos personales muchas veces no son válidos pues es necesario un estudio personalizado para ofrecer las condiciones al cliente.
No le hagáis ni caso al post, si quereis ayudar a que el experimento salga bien, simplemente hablar de créditos rápidos