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Os recomiendo la lectura de este tocho, se que os costará un poco leerlo, pero me lo ha hecho un redactor para el blog de mi empresa, y la verdad, es que me ha gustado mucho y os lo traigo para que aprendais un poco mas de todo este mundo
Son muchos los prejuicios que existen en la sociedad sobre el uso de las tarjetas bancarias para realizar compras por internet, especialmente entre las personas de avanzada edad, la creencia habitual es que este tipo de operaciones suponen un alto riesgo ya que pueden utilizar nuestros datos para realizar cargos indebidos en nuestra cuenta. ¿Cuánto tiene esto de realidad? ¿Qué precauciones debemos tomar para minimizar el riesgo de ser víctimas de una estafa? Vamos a intentar responder a estas preguntas y otras relacionadas que nos ayudarán a minimizar riesgos e intentaremos explicar los pasos a seguir en caso de que sea demasiado tarde y ya seamos víctimas de este tipo delictivo.
Lo primero que debemos entender es cómo trabajan los delincuentes que se dedican a clonar tarjetas bancarias, para ello empezamos explicando qué es y qué tipos de clonaciones de tarjetas existen.
La clonación de tarjetas es un método por el cual una persona toma los datos de tu tarjeta de crédito/débito y los utiliza para realizar cargos con esos datos, pueden hacerlo clonando físicamente la tarjeta, o bien sustrayendo los datos de la tarjeta necesarios para realizar un pago.
El primer método suele necesitar la colaboración de una tienda física para realizar el cargo, pues la tarjeta clonada suele ser una tarjeta blanca, que no se podría utilizar en ningún comercio físico, ya que se percibe a simple vista que no se trata de una tarjeta bancaria válida.
El segundo método suele conllevar el pago de cantidades con los datos sustraídos por internet, en páginas de seguridad reducida, evitando así las medidas que la banca ha ido implantando en estas tarjetas.
Cómo consiguen los datos de nuestras tarjetas y cómo podemos evitarlo.
La obtención de datos se puede realizar de diversas formas, aunque la mayor parte se obtienen con tres métodos:
El método de la doble lectura: Este método se da en pequeños comercios locales, donde el dependiente es el estafador, o bien alguien que trabaja con él. Al realizar el pago, tienen un lector de tarjetas oficial, y junto a él, un lector de tarjetas cuyo único objetivo será guardar los datos de la tarjeta, generalmente lo tendrán en un lugar poco visible, por lo que es importante tener la tarjeta a la vista en todo momento, y asegurarse que el dependiente únicamente pasa la tarjeta por un lector. En caso de que el dependiente deje ver que la tarjeta no se lee bien la primera vez y la tiene que volver a pasar, debemos asegurarnos que la pasan por el mismo lector, y no por un segundo lector. En todo momento la tarjeta debe estar a nuestra vista, en caso de que el dependiente quiera llevársela a la trastienda para realizar el cobro, debemos negarnos rotundamente, nunca sabemos que están haciendo con nuestra tarjeta si no podemos verlo.
Otro punto a tener en cuenta en comercios físicos es evitar que distraigan nuestra atención mientras manipulan la tarjeta, pueden aprovechar ese instante para realizar la doble lectura o bien tomar los datos por otros métodos, como por ejemplo una cámara pequeña bajo el mostrador que grabe el paso de la tarjeta, tanto por delante como por detrás, por lo que debemos estar atentos también a movimientos extraños de la tarjeta, especialmente si le dan la vuelta a la tarjeta, ya que el código de seguridad se encuentra en el reverso.
Otro método es el de los cajeros automáticos, muchas redes se encargan de recabar datos en cajeros automáticos con sofisticadas herramientas y procedimientos que nos conviene conocer para evitar en la medida de lo posible ser sus próximas víctimas. Lo primero que debemos intentar es conocer el cajero o estar familiarizado con él, intentar evitar lo máximo posible sacar dinero en cajeros que no has utilizado nunca. Con esto conseguiremos que si el ladrón nos pone algún sistema en nuestro cajero de toda la vida, nuestro propio subconsciente se dará cuenta de que algo ha cambiado. Ante esta sensación debemos evitar utilizar el cajero, puede que algo haya cambiado nuestro subconsciente nos avise pero no seamos capaces de saber qué es, ya que los sistemas que utilizan procuran pasar desapercibidos.
Antes de entrar al cajero, evitar utilizar los cajeros que tienen un lector externo para abrir la puerta, o desconfiar de estos, intentad abrir la puerta antes de introducir la tarjeta, y en caso de que la puerta no se abra tras meter la tarjeta, llamad al número que aparece en el reverso de la tarjeta y bloquearla, ya que el lector externo puede no ser de la entidad bancaria y puede que tus datos ahora estén en manos del malo.
Una vez dentro del cajero, comprobad que no existen cámaras extrañas enfocando al cajero, especialmente al teclado, y siempre introducir el pin de la tarjeta tapando con la mano que está libre la mano que teclea. Del mismo modo el código de seguridad de tres cifras del reverso (CVV) puede ser una buena idea inutilizarlo, y anotarlo en lugar seguro, guardado en casa, ya que lo utilizaremos únicamente para compras online, de este modo evitamos que pueda ser conocido por una tercera persona que manipule la tarjeta.
El último método y más temido es el de las compras por internet. En este apartado el más común es el conocido como “phishing”, este método consiste en enviar falsos correos electrónicos suplantando la imagen, logotipos y demás signos de nuestra entidad bancaria, ofreciéndonos acceso a alguna página donde introducir los datos bancarios necesarios para realizar pagos por internet. Siempre debemos desconfiar de los correos de entidades bancarias, nunca bajo ningún concepto introducir los datos bancarios si no estamos seguros de donde lo hacemos. Ignorar estos correos es la mejor opción, y ante la duda contactar con nuestra entidad bancaria telefónicamente en el teléfono que tengamos en nuestra documentación oficial del banco. A la hora de acceder a la página de nuestro banco para utilizar la banca online que nos ofrece, asegurarnos siempre mediante la barra de direcciones que nos encontramos en la dirección de nuestro banco. Puede que nos encontremos en una copia de la página y su dirección sea similar a la de nuestro banco.
Para finalizar debemos seguir las diez reglas básicas de seguridad:
1. Bajo ningún concepto deben abrirse correos electrónicos de origen desconocido, o cuyo remitente no conozcamos, o cuyo título de mensaje no nos parezca propio del remitente.
2. Nuestro PIN es personal e intransferible, no debe comunicarse a nadie, ni a quien diga ser empleado del banco, nunca te pedirán tu PIN, ni telefónicamente.
3. No debe apuntarse el código PIN en ningún lugar, ni mucho menos en la propia tarjeta, pero tampoco es buena idea anotarlo en un contacto en el teléfono ya que muchas veces podemos perder el teléfono junto con la cartera.
4.No realizar compras por internet si la página no nos inspira confianza. Para este punto es bueno primero leer opiniones de usuarios que hayan realizado compras ya anteriormente. Con esto además de un posible uso fraudulento de nuestros datos bancarios, conseguiremos evitar una posible compra de un artículo que nunca nos llegarán a enviar.
5.Mantener un software antivirus en el ordenador, siempre actualizado. Del mismo modo un software anti-espías puede ser también de gran utilidad.
6. Mantener actualizado el ordenador, concretamente el sistema operativo y el navegador de internet que utilicemos para nuestras operaciones. Ambos se actualizan habitualmente con parches que solucionan problemas de seguridad.
7.No confiar en regalos, promociones y ofertas llamativas. Nadie nos va a regalar nada, desconfía de páginas o correos que nos aseguren un gran beneficio para nosotros.
8.Activar todos los sistemas de seguridad que la entidad bancaria nos proporcione. La mayoría en la actualidad son gratuitos, e incluyen servicios como avisos mediante mensaje de texto al móvil cuando se realizan operaciones. Con esto conseguiremos en caso de que utilicen nuestra tarjeta enterarnos al instante y poder bloquearla antes de que consigan hacerse con todos nuestros ahorros.
9.Evitar utilizar un PIN fácil de recordar, nunca jamás utilizar como PIN el código 1234, 1111,2222…Evitar también tu fecha de nacimiento, ya que es muy utilizada por mucha gente y quien tiene acceso a tu tarjeta también lo tendrá en la mayoría de casos a tu documento de identidad. Así pues si he nacido el 2 de Marzo de 1980 debería evitar el código 2380.
10.Mantenerse informado sobre la seguridad en el uso de internet.
