Totemizado
Usuario de Bronce
- Mensajes
- 823
- Puntuación de reacción
- 0
Lo puse ayer en el otro foro, lo pongo hoy aquí:
Seguramente muchos hayáis oído el concepto de Zona de Confort. Habrá algunos que crean que existe, habrá otros que puedan confirmar que existe, y habrá otros que crean que es humo vendido por cuatro gurúes que en realidad no tienen ni puta idea de lo que están hablando.
Pues bien, yo llevo 15 días fuera de la Zona de Confort. Me he ido a vivir a otro país, sin conocer ni de lejos el idioma, con un inglés de perfil medio-bajo (i'm spanish, you know), y lo que a mí más importante me parece, me he ido a vivir a un país sensiblemente más pobre y con costumbres bastante diferentes.
No quiero mencionar el país por cuestiones que no vienen al caso. Dejémoslo en que es un país de los Balcanes.
Pues bien, llevando solo 15 días fuera de dicha Zona de Confort, puedo confirmar que existe, y que, cuando sales, es como si medio millón de neuronas que tenías dormidas, de golpe se activasen y dijeran "loco, loco, loco, que aquí está pasando algo".
No es coña, es difícil de explicar, pero es así. Vas por la calle y ves carteles parpadeantes (imaginarios, claro) que dicen "Negocio, negocio". Lo ves por todas partes. Seguramente esas oportunidades de negocio también están a tu alrededor en tu Zona de Confort, pero estás tan cómodo que eres incapaz de verlas. Probablemente, esas oportunidades las verá alguien que, para salir de su Zona de Confort, vaya a vivir a donde tú estás viviendo.
Por supuesto, existen sus limitaciones. Se te ocurren ciento y una ideas de negocio, pero, evidentemente, muchas son a priori inviables, y la inmensa mayoría no puedes ponerlas en práctica al principio porque, si estás como en mi caso, no tienes ni puta idea del idioma, de las leyes, ni de nada parecido. Pero ahí están, apuntadas, para que si me acostumbro al lugar, no se me olvide que, al llegar, surgieron esas ideas, y que puede ser interesante evaluarlas.
Por otro lado, qué hablar de conocer gentes, otros costumbres, otros idiomas, otras formas de ver el mundo, otro clima,... Todo eso es positivo y, aunque todavía no puedo evaluarlo (por el poco tiempo que llevo, y porque no tengo distancia para evaluarlo), estoy seguro que, en el futuro, lo veré como algo que me enriqueció.
Y, por último, quiero señalar que, fuera de la Zona de Confort, al menos en mi caso, la productividad aumenta. Productividad medida en ganancias por hora y ganancias mensuales. En mi caso particular, han aumentado automáticamente un 30% las ganancias mensuales (no tanto las ganancias por hora).
¿La razón de esto? Pues, obviamente, que pierdes menos el tiempo. Tienes que levantarte temprano para hacer todo lo que en tu Zona de Confort no hacías: Ir a conocer la ciudad, charlar (y hacer mímica ) con la gente, ir a aprender el idioma, y, en el caso de que antes vivieras con tus padres, pues todo lo relacionado con ir a pagar las facturas, hacer la compra, las tareas de casa y ese tipo de cosas.
La conclusión es que tienes menos tiempo libre... Pero lo aprovechas más. Quizá, precisamente, por saber que estás bajo esa presión de que hay menos horas para trabajar.
En definitiva, que, en mi experiencia particular, la Zona de Confort no es humo. Si tenéis oportunidad, haced una locura. Y si cuando se la plantees a tu familia y a tus amigos no te dicen que estás loco, busca otra idea más loca aún.
Seguramente muchos hayáis oído el concepto de Zona de Confort. Habrá algunos que crean que existe, habrá otros que puedan confirmar que existe, y habrá otros que crean que es humo vendido por cuatro gurúes que en realidad no tienen ni puta idea de lo que están hablando.
Pues bien, yo llevo 15 días fuera de la Zona de Confort. Me he ido a vivir a otro país, sin conocer ni de lejos el idioma, con un inglés de perfil medio-bajo (i'm spanish, you know), y lo que a mí más importante me parece, me he ido a vivir a un país sensiblemente más pobre y con costumbres bastante diferentes.
No quiero mencionar el país por cuestiones que no vienen al caso. Dejémoslo en que es un país de los Balcanes.
Pues bien, llevando solo 15 días fuera de dicha Zona de Confort, puedo confirmar que existe, y que, cuando sales, es como si medio millón de neuronas que tenías dormidas, de golpe se activasen y dijeran "loco, loco, loco, que aquí está pasando algo".
No es coña, es difícil de explicar, pero es así. Vas por la calle y ves carteles parpadeantes (imaginarios, claro) que dicen "Negocio, negocio". Lo ves por todas partes. Seguramente esas oportunidades de negocio también están a tu alrededor en tu Zona de Confort, pero estás tan cómodo que eres incapaz de verlas. Probablemente, esas oportunidades las verá alguien que, para salir de su Zona de Confort, vaya a vivir a donde tú estás viviendo.
Por supuesto, existen sus limitaciones. Se te ocurren ciento y una ideas de negocio, pero, evidentemente, muchas son a priori inviables, y la inmensa mayoría no puedes ponerlas en práctica al principio porque, si estás como en mi caso, no tienes ni puta idea del idioma, de las leyes, ni de nada parecido. Pero ahí están, apuntadas, para que si me acostumbro al lugar, no se me olvide que, al llegar, surgieron esas ideas, y que puede ser interesante evaluarlas.
Por otro lado, qué hablar de conocer gentes, otros costumbres, otros idiomas, otras formas de ver el mundo, otro clima,... Todo eso es positivo y, aunque todavía no puedo evaluarlo (por el poco tiempo que llevo, y porque no tengo distancia para evaluarlo), estoy seguro que, en el futuro, lo veré como algo que me enriqueció.
Y, por último, quiero señalar que, fuera de la Zona de Confort, al menos en mi caso, la productividad aumenta. Productividad medida en ganancias por hora y ganancias mensuales. En mi caso particular, han aumentado automáticamente un 30% las ganancias mensuales (no tanto las ganancias por hora).
¿La razón de esto? Pues, obviamente, que pierdes menos el tiempo. Tienes que levantarte temprano para hacer todo lo que en tu Zona de Confort no hacías: Ir a conocer la ciudad, charlar (y hacer mímica ) con la gente, ir a aprender el idioma, y, en el caso de que antes vivieras con tus padres, pues todo lo relacionado con ir a pagar las facturas, hacer la compra, las tareas de casa y ese tipo de cosas.
La conclusión es que tienes menos tiempo libre... Pero lo aprovechas más. Quizá, precisamente, por saber que estás bajo esa presión de que hay menos horas para trabajar.
En definitiva, que, en mi experiencia particular, la Zona de Confort no es humo. Si tenéis oportunidad, haced una locura. Y si cuando se la plantees a tu familia y a tus amigos no te dicen que estás loco, busca otra idea más loca aún.