Mi recomendación es que a pesar de conocer algo que puedas vender que conozcas y hagas bien, siempre existe la posibilidad que fracases por diversos motivos, inclusive ajenos al quehacer objeto del comercio, porque siempre se interponen entre los deseos, las necesidaes y la realidad fáctica imponderables que afectan el negocio, se caen las expectativas y se pierde la iniciativa.
Para ese momento que nadie desea que llegue nunca, siempre hay que estar preparado. Es necesario pensar mucho antes que asome la crisis, en los momentos iniciales del proyecto, previo hay que hacer el esfuerzo de pensar cómo recuperar algo de lo invertido, sin tener que rematar ni liquidar todo abandonando aquello que tanta ilusión nos creo.