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Hola!
Hoy he escrito un trabajo para filosofía en el que debía hablar sobre algo artístico y decir qué repercusión tiene en nuestras vidas y qué puede hacer por nosotros. El resultado me ha gustado bastante, así que espero que lo disfrutéis
Cuando nos referimos al arte se nos vienen a la cabeza una serie de términos: danza, pintura, música… Pero, ¿y la escritura? ¿Acaso no es arte evocar sentimientos en el lector, conseguir que su cerebro visualice escenas con personajes, ambientes y materiales que nunca ha visto realmente?
Creo que la escritura no es solo arte. Es magia, porque consigue cosas impresionantes y maravillosas. No solo provoca emociones en las personas, sino que puede evitar también la muerte.
Hablaré de Risto Mejide, un personaje con fama de ser serio y, en ocasiones, incluso peligroso por sus firmes ideales. Sin embargo, debemos ir más allá de su personaje televisivo y adentrarnos en cómo es realmente. No, no usa siempre gafas de sol. Tampoco les grita a todas las personas que ve por la calle sacándoles defectos. Eso es un personaje ficticio que se usa solo para captar audiencia en los programas, y lo descubrí cuando, gracias a Twitter, leí un artículo que había escrito titulado: “Doscientos y pico”. Nunca imaginé que él hubiese podido escribir sobre tal cosa, y menos aún con mensajes de esperanzas y ánimos cuando, según nos demuestra, lo único que sabe hacer es destrozar la ilusión de las personas y animar tan solo a unas pocas.
El artículo comienza así:
“Este artículo no es para todos. Este artículo es para unos pocos. Con el permiso de lectores habituales y ocasionales, hoy me dirijo sólo a doscientos y pico.”
Cuando lees esto te preguntas a qué se refiere Risto cuando escribe semejante cosa al inicio de su escrito. ¿Estaría yo entre esas doscientas y pico? La duda se disolvió al seguir leyendo:
“Esto va por ti, una de las doscientas y pico personas que -dicen- hoy intentará suicidarse en España.”
Al leer este párrafo te quedas bloqueado. Puede que no seas uno de esos doscientos, puede que ni siquiera te guste su forma de escribir o incluso leer. Pero estoy seguro de que cualquiera –o la gran mayoría- seguiría leyendo. Hechos reales, cifras, un tema candente en la actualidad y una ubicación con la que nos sentimos identificados. Creo que son suficientes razones por las que uno seguiría leyendo.
Los siguientes párrafos son profundos, Risto utiliza un lenguaje cercano al lector, escribiendo en alguna ocasión una palabrota –si no, no sería Risto Mejide- pero siempre, consiguiendo mantener frente a la pantalla al usuario. Me gustaría resaltar la oración final con la que, si las razones que expone durante su artículo no son lo suficientemente convincentes, conseguiría la solución a que el lector no acabase suicidándose:
“Al final, todo acabará bien.
Y si no acaba bien, eso es que aún no ha llegado el final.”
Han pasado meses desde que leí el artículo, y aún recuerdo ese final. Me impactó, me dio energías, esperanzas para cumplir mis retos y de seguir adelante con mis problemas incluso sin ser de aquellos doscientos. ¿Qué ha sido necesario para que esto se posible?
Fácil. La escritura.
Con esto podemos ver claramente que la escritura no consiste tan solo en reflejar escenas mediante palabras. La escritura puede cambiar la vida de las personas.
Si queremos ir a aspectos más generales, podemos sacar otra ventaja de la escritura que a mi parecer es bastante importante:
Evita el analfabetismo. Leer y escribir mejora nuestro vocabulario, podemos hablar y escribir con mayor fluidez y expresarnos con mayor precisión. Gracias a las novelas históricas adquirimos conocimientos sobre el pasado que posiblemente desconocíamos, siendo así más cultos.
Y a mí que me gusta el marketing, me gustaría abrir un paréntesis para opinar sobre algunas situaciones que he tenido con algunas empresas no muy grandes que han contactado conmigo. Cuando mandamos un correo electrónico a una empresa o hablamos mediante cualquier plataforma directamente con el responsable de una empresa, no puede darse la situación de que el cliente parezca ser superior a la empresa. Por ejemplo, hace muy poco contactó conmigo el administrador de un blog para que escribiese algunos artículos. Durante su conversación en el chat no puso ninguna tilde, ninguna mayúscula, con palabras mal escritas y, en definitiva, dando la sensación de no tener ganas para nada y de saber bien poco. ¿De veras ese era el responsable de un blog? ¿Una persona que no es capaz ni de escribir dos palabras bien seguidas? A partir de entonces, nunca he tomado en serio dicha compañía. Si alguien quiere llevar un negocio adelante debe saber que uno de sus principales objetivos debe ser concienciar al consumidor de que la empresa es superior al cliente, no que el cliente domine a la empresa. Y en esto juega un factor imprescindible que es la escritura, porque hablar con coherencia y, en definitiva, formalmente, nos otorga autoridad. Y si una empresa no muestra autoridad, puede darse por perdida. Que el responsable coja un diccionario, empiece a leer, y luego se replantee volver con el negocio.
Y hasta aquí mi trabajo sobre la importancia de la escritura y qué puede hacer por nosotros, repercutiendo en nuestras vidas.
"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras."
Hoy he escrito un trabajo para filosofía en el que debía hablar sobre algo artístico y decir qué repercusión tiene en nuestras vidas y qué puede hacer por nosotros. El resultado me ha gustado bastante, así que espero que lo disfrutéis
Cuando nos referimos al arte se nos vienen a la cabeza una serie de términos: danza, pintura, música… Pero, ¿y la escritura? ¿Acaso no es arte evocar sentimientos en el lector, conseguir que su cerebro visualice escenas con personajes, ambientes y materiales que nunca ha visto realmente?
Creo que la escritura no es solo arte. Es magia, porque consigue cosas impresionantes y maravillosas. No solo provoca emociones en las personas, sino que puede evitar también la muerte.
Hablaré de Risto Mejide, un personaje con fama de ser serio y, en ocasiones, incluso peligroso por sus firmes ideales. Sin embargo, debemos ir más allá de su personaje televisivo y adentrarnos en cómo es realmente. No, no usa siempre gafas de sol. Tampoco les grita a todas las personas que ve por la calle sacándoles defectos. Eso es un personaje ficticio que se usa solo para captar audiencia en los programas, y lo descubrí cuando, gracias a Twitter, leí un artículo que había escrito titulado: “Doscientos y pico”. Nunca imaginé que él hubiese podido escribir sobre tal cosa, y menos aún con mensajes de esperanzas y ánimos cuando, según nos demuestra, lo único que sabe hacer es destrozar la ilusión de las personas y animar tan solo a unas pocas.
El artículo comienza así:
“Este artículo no es para todos. Este artículo es para unos pocos. Con el permiso de lectores habituales y ocasionales, hoy me dirijo sólo a doscientos y pico.”
Cuando lees esto te preguntas a qué se refiere Risto cuando escribe semejante cosa al inicio de su escrito. ¿Estaría yo entre esas doscientas y pico? La duda se disolvió al seguir leyendo:
“Esto va por ti, una de las doscientas y pico personas que -dicen- hoy intentará suicidarse en España.”
Al leer este párrafo te quedas bloqueado. Puede que no seas uno de esos doscientos, puede que ni siquiera te guste su forma de escribir o incluso leer. Pero estoy seguro de que cualquiera –o la gran mayoría- seguiría leyendo. Hechos reales, cifras, un tema candente en la actualidad y una ubicación con la que nos sentimos identificados. Creo que son suficientes razones por las que uno seguiría leyendo.
Los siguientes párrafos son profundos, Risto utiliza un lenguaje cercano al lector, escribiendo en alguna ocasión una palabrota –si no, no sería Risto Mejide- pero siempre, consiguiendo mantener frente a la pantalla al usuario. Me gustaría resaltar la oración final con la que, si las razones que expone durante su artículo no son lo suficientemente convincentes, conseguiría la solución a que el lector no acabase suicidándose:
“Al final, todo acabará bien.
Y si no acaba bien, eso es que aún no ha llegado el final.”
Han pasado meses desde que leí el artículo, y aún recuerdo ese final. Me impactó, me dio energías, esperanzas para cumplir mis retos y de seguir adelante con mis problemas incluso sin ser de aquellos doscientos. ¿Qué ha sido necesario para que esto se posible?
Fácil. La escritura.
Con esto podemos ver claramente que la escritura no consiste tan solo en reflejar escenas mediante palabras. La escritura puede cambiar la vida de las personas.
Si queremos ir a aspectos más generales, podemos sacar otra ventaja de la escritura que a mi parecer es bastante importante:
Evita el analfabetismo. Leer y escribir mejora nuestro vocabulario, podemos hablar y escribir con mayor fluidez y expresarnos con mayor precisión. Gracias a las novelas históricas adquirimos conocimientos sobre el pasado que posiblemente desconocíamos, siendo así más cultos.
Y a mí que me gusta el marketing, me gustaría abrir un paréntesis para opinar sobre algunas situaciones que he tenido con algunas empresas no muy grandes que han contactado conmigo. Cuando mandamos un correo electrónico a una empresa o hablamos mediante cualquier plataforma directamente con el responsable de una empresa, no puede darse la situación de que el cliente parezca ser superior a la empresa. Por ejemplo, hace muy poco contactó conmigo el administrador de un blog para que escribiese algunos artículos. Durante su conversación en el chat no puso ninguna tilde, ninguna mayúscula, con palabras mal escritas y, en definitiva, dando la sensación de no tener ganas para nada y de saber bien poco. ¿De veras ese era el responsable de un blog? ¿Una persona que no es capaz ni de escribir dos palabras bien seguidas? A partir de entonces, nunca he tomado en serio dicha compañía. Si alguien quiere llevar un negocio adelante debe saber que uno de sus principales objetivos debe ser concienciar al consumidor de que la empresa es superior al cliente, no que el cliente domine a la empresa. Y en esto juega un factor imprescindible que es la escritura, porque hablar con coherencia y, en definitiva, formalmente, nos otorga autoridad. Y si una empresa no muestra autoridad, puede darse por perdida. Que el responsable coja un diccionario, empiece a leer, y luego se replantee volver con el negocio.
Y hasta aquí mi trabajo sobre la importancia de la escritura y qué puede hacer por nosotros, repercutiendo en nuestras vidas.
"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras."
