Son muchas cosas. En centroamérica hace unas generaciones atrás era una región muy tranquila y con una delincuencia mínima. Hoy es peor que muchos países en guerra. El laminado de la familia, la desaparición de la autoridad paterna y la magia del Estado(la cesión de la sociedad de sus responsabilidades a ese monstruo de comisionistas) hicieron el milagro.
La delincuencia no tiene nada que ver con la riqueza o la pobreza de una sociedad aunque la pobreza agrava el problema.
Y arreglar eso va a llevar muchos años y no lo va hacer ningún ministro...
Una pena